Cómo mejorar tu sistema inmunológico en 6 pasos

por Dr. Sandra Landers, MD, PhD
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CÓMO MEJORAR SU SISTEMA INMUNOLÓGICO

Cuando haces un balance de todas las bacterias y virus mortales que abundan, es bastante notable que estamos sanos la mayor parte del tiempo. Nuestro sistema inmunológico hace un gran trabajo protegiéndonos de enfermedades la mayor parte del tiempo, pero ocasionalmente puede fallar, permitiendo que los gérmenes invadan con éxito y nos enfermemos.
Estimular el sistema inmunológico es una frase que a menudo se escucha, pero ¿qué significa exactamente?

Los investigadores no están completamente seguros de cómo funciona el sistema inmunitario y es un sistema complejo en lugar de un solo órgano. A pesar de esto, hay muchas cosas que podemos hacer para tratar de optimizar nuestro sistema inmunológico para permanecer libres de enfermedades y lo más saludables posible.
Adoptar opciones y estrategias de estilo de vida saludable es un paso en la dirección correcta.

¿QUÉ PUEDES HACER PARA ESTIMULAR TU SISTEMA INMUNOLÓGICO?

1. DIETA

Existe un vínculo bien conocido entre la nutrición y la inmunidad. Las personas que viven en condiciones de pobreza y que están desnutridas son mucho más vulnerables a las enfermedades. A pesar de esta conexión, se han realizado muy pocas investigaciones sobre la relación entre la dieta y el sistema inmunológico en sí.

Sin embargo, existe evidencia de estudios en animales de que ciertas deficiencias de nutrientes alteran la respuesta inmune en los animales. Estas deficiencias incluyen selenio, cobre, hierro, zinc y ciertas vitaminas. Asegurarse de llevar una dieta sana y equilibrada rica en vitaminas y minerales importantes

• Selenio
Existe cierta evidencia científica que sugiere que las personas con bajos niveles de selenio son más propensas a ciertos tipos de cáncer, incluidos el cáncer de colon, pulmón y mama. El selenio también puede proteger contra la enfermedad de la tiroides.

Los alimentos ricos en selenio incluyen nueces de Brasil, mariscos, especialmente ostras y atún, germen de trigo, semillas de girasol y pan integral.

• Vitamina A
La vitamina A tiene un papel importante que desempeñar con respecto a la inmunidad y una deficiencia está relacionada con un riesgo elevado de enfermedad. La vitamina A protege contra las infecciones y mantiene las superficies mucosas al estimular las células T y B. La deficiencia de vitamina A también está relacionada con la ceguera, pero generalmente se considera un problema mayor en los países en desarrollo.

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Puede obtener vitamina A dietética de batatas, zanahorias, vegetales de hojas verdes, melón, hígado y pescado.

• Vitamina B2
Algunas investigaciones han demostrado que la vitamina B2 mejora la resistencia a las infecciones bacterianas en ratones. Los alimentos ricos en vitamina B2 incluyen el queso duro de cabra, las almendras, la ternera, el cordero y los pescados azules como la caballa.

• Vitamina B6
Existe evidencia de que una deficiencia de vitamina B6 puede deprimir la respuesta inmunológica. La investigación muestra que la suplementación moderada con vitamina B6 puede restaurar la función inmunológica saludable.

Para obtener suficiente vitamina B6 de su dieta, debe comer semillas de girasol, pistachos, atún, frutas secas como ciruelas pasas y carnes como pavo, pollo y cerdo magro.

• Vitamina D
Si bien los científicos no están absolutamente seguros de su papel en el sistema inmunológico, la evidencia muestra que las personas con tuberculosis responden muy bien a la luz solar. La vitamina D producida en la piel durante la exposición a la luz solar estimula una respuesta antimicrobiana a la bacteria que causa la tuberculosis.

Es posible que la vitamina D tenga capacidades similares para combatir otras enfermedades.
Los alimentos ricos en vitamina D incluyen pescado azul como la caballa y el salmón, aceite de hígado de bacalao, champiñones, cereales integrales y tofu.

• Vitamina E La
investigación ha demostrado que aumentar la ingesta diaria de vitamina E a 200 mg mejoró la respuesta de anticuerpos contra el tétanos y la hepatitis B después de la vacunación.
Los alimentos ricos en vitamina E incluyen vegetales de hojas oscuras como la espinaca y el brócoli, las almendras, las semillas de girasol y los mariscos.

• Zinc
Una deficiencia de zinc compromete la capacidad de las células T del cuerpo y de otras células inmunitarias para funcionar correctamente. Sin embargo, es importante señalar que un exceso de zinc puede inhibir la función inmunológica y la dosis recomendada es de 15 a 25 mg al día.

Puedes incorporar zinc a tu dieta comiendo mariscos como ostras, cangrejo o langosta y carnes como res y cordero. El germen de trigo, las nueces, las semillas y las espinacas son otras excelentes fuentes de zinc dietético.

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• Evite el alcohol
Si debe beber, asegúrese de hacerlo con moderación. Las cantidades excesivas de alcohol pueden comprometer su sistema inmunológico.

2. EJERCICIO

No hay duda de que el ejercicio regular es bueno para nosotros. Ayuda a mantener un peso saludable, mejora la salud del corazón y reduce la presión arterial, todo lo cual nos protege de una variedad de enfermedades. También puede mejorar directamente la salud de nuestro sistema inmunitario al mejorar la circulación, lo que ayuda a que las células del sistema inmunitario se muevan más libremente por todo el cuerpo.

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Aunque no existe un vínculo definitivo entre el ejercicio y la salud del sistema inmunológico, se cree razonablemente que el ejercicio moderado regular es beneficioso para un estilo de vida saludable.
También puedo agregar una anécdota personal aquí y decir que desde que comencé a correr todos los días, rara vez me he resfriado. Combinado con una dieta saludable, no hay duda de que una cantidad adecuada de ejercicio puede aumentar la capacidad de nuestro cuerpo para prevenir enfermedades.

Si no ha hecho ejercicio en mucho tiempo, tómelo con calma para empezar; podría intentar caminar, andar en bicicleta o nadar, pero independientemente de lo que elija, intente que sus objetivos sean manejables para que no pierda la motivación. 30 minutos de ejercicio moderado al día marcarán la diferencia en tu salud.

3. SUPLEMENTOS HERBALES

Ciertos suplementos a base de hierbas se han estudiado con respecto a su efecto sobre el sistema inmunológico. Muchos de estos estudios se han centrado en los ancianos y los niños, pero han sido a una escala relativamente pequeña y, en algunos casos, contradictorios. Sin embargo, se cree que ciertos suplementos herbales pueden tener un efecto muy positivo en nuestro sistema inmunológico, incluidos los siguientes.

• Aloe vera
Si bien no hay evidencia de que el aloe vera pueda estimular la respuesta inmunológica, existe alguna evidencia de que cuando se aplica tópicamente, puede ayudar a tratar quemaduras y heridas menores. También se usa ampliamente para tratar la inflamación de la piel y los estudios han revelado que ayuda a tratar el tejido mamario después del tratamiento con radiación.

• Echinacea
La equinácea se ha utilizado durante mucho tiempo para proteger contra los resfriados y otras afecciones respiratorias, pero los estudios aún tienen que demostrar que es realmente eficaz. Las personas con alergias a la ambrosía deben tener cuidado antes de tomar suplementos de equinácea.

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• Ginseng
Se dice que el ginseng aumenta la inmunidad y varios estudios a pequeña escala han demostrado que puede ser eficaz.

• Ajo
Las pruebas de laboratorio han demostrado que el ajo tiene la capacidad de combatir infecciones bacterianas, virales y fúngicas. Ciertos estudios han demostrado el vínculo entre las áreas del mundo que consumen mucha cebolla y ajo y una menor incidencia de cáncer.

4. PROBIÓTICOS

Los probióticos son básicamente las bacterias amigables que viven dentro de nuestros cuerpos. Se pueden encontrar de forma natural en ciertos productos alimenticios fermentados como el yogur, el kéfir y el chucrut o cada vez están más disponibles en forma de suplemento.

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Es importante asegurarse de mantener el equilibrio de bacterias buenas en el cuerpo y los expertos sugieren que la suplementación con probióticos puede proteger contra una variedad de enfermedades, aunque se desconoce su vínculo exacto con la función mejorada del sistema inmunológico. La investigación sobre la eficacia de los probióticos ha demostrado que son seguros y aún no ha encontrado ningún efecto secundario adverso.

5. GESTIÓN DEL SUEÑO Y EL ESTRÉS

Dormir lo suficiente y controlar el estrés son de vital importancia para un sistema inmunológico saludable. Si bien medir los niveles de estrés no es un asunto fácil, no hay duda de que en momentos de estrés extremo, somos mucho más vulnerables a las enfermedades. Hay una serie de cosas que puede hacer para reducir los niveles de estrés y mejorar el sueño.

Ciertos aceites esenciales como el de lavanda son excelentes opciones naturales que pueden mejorar la calidad de su sueño y reducir los niveles de estrés. Los remedios a base de hierbas como el té de manzanilla, la pasiflora y la kava también son excelentes opciones. El ejercicio y el yoga también pueden ayudar a aliviar el estrés de forma natural y promover un buen sueño.

6. ACEITES ESENCIALES

Se pueden usar varios aceites esenciales para brindar apoyo al sistema inmunológico. Incluyen limón, lavanda, menta y eucalipto. Cuando se aplican tópicamente o se difunden, estos aceites pueden proteger contra virus comunes como el resfriado y la influenza, y ciertos aceites como la lavanda se usan ampliamente para aliviar el estrés que contribuye a la función deficiente del sistema inmunológico.

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