Tendinitis de Aquiles: causas, imagen, síntomas y tratamiento

por Dr. Sandra Landers, MD, PhD
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Gracias a la mitología griega, el tendón de Aquiles es bien conocido, pero no por su otro nombre: el tendón del calcáneo. El mito es que la madre de Aquiles sumergió a su hijo en el río Styx antes de la guerra para protegerlo. El lugar donde lo sostuvo no fue protegido, y Aquiles fue fatalmente herido por una flecha venenosa que le atravesó el tendón.

El tendón de Aquiles desempeña un papel crucial en los dos tercios de la longitud de la pierna (convirtiéndolo en el tendón más grande del cuerpo), mantiene unida la pantorrilla, el pie y los músculos del talón para permitir que los humanos caminen. Dependemos de este ligamento para hacer su trabajo todos los días, pero debido a que el tendón de Aquiles tiene tanto trabajo que hacer, no es sorprendente que tantos atletas sufran de tendinitis de Aquiles cada año.

La tendinitis de Aquiles ocurre cuando el tendón de Aquiles está inflamado hasta el punto del dolor y puede causar la ruptura del tendón.

 

Causas de la tendinitis de Aquiles

Aunque ponemos tensión en el tendón de Aquiles todos los días, existen ciertas circunstancias que pueden llevar al tendón al límite. El estiramiento es extremadamente importante para prevenir la tendinitis, además de usar zapatos que lo soporten adecuadamente. Las personas tientan la tendinitis de Aquiles con las siguientes actividades también:

  • Correr muy seguido
  • Corriendo sobre superficies duras
  • Saltando mucho
  • Aumentando de repente la intensidad de un ejercicio sin calentamiento
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Muchos de estos síntomas tienen más probabilidades de ser experimentados por personas jóvenes, pero las personas mayores que sufren de artritis también pueden estar familiarizadas con la tendinitis de Aquiles causada por espolones o crecimientos óseos.

Es importante tener en cuenta que ninguna lesión específica causa tendinitis de Aquiles, sino que es el estrés repetitivo y el aumento de la presión lo que puede causar que el tendón se inflame.

Síntomas de la tendinitis de Aquiles

El dolor en el tendón es el indicador más inmediato de que el tendón de Aquiles está inflamado, pero también hay otros indicadores:

  • Dolor en el talón al caminar o correr
  • Tendón es doloroso cuando se toca o se siente magullado, rígido o dolorido
  • El área está hinchada y caliente
  • No puede pararse en sus dedos
  • Sensación de quemazón en el tendón

Si experimenta estos síntomas, debe consultar a su médico, quien puede determinar si su tendón está inflamado o en realidad roto. Su médico puede decidir el mejor curso de acción después de evaluar la situación con una resonancia magnética (IRM) o ultrasonido, donde puede identificar un aumento del flujo sanguíneo al área, desorganización de fibrillas tendinosas o desgarros de espesor parcial.

Es importante que su médico evalúe si tiene tendinitis de Aquiles, ya que los síntomas son similares a tener fracturas por estrés, daño a los nervios o lesiones profundas en el tobillo. Tratar la condición real lo ayudará a recuperarse más rápido.

Una característica que hace que la tendinitis de Aquiles sea difícil de tratar es que el dolor solo puede estar presente al comienzo de una actividad de ejercicio. La actividad continua puede hacer que el dolor inicial desaparezca, lo que posiblemente cause que el atleta piense que ya no tiene un problema. Sin embargo, continuar haciendo ejercicio puede empeorar el problema y en realidad puede causar una rasgadura o desgarro en el tendón. Una sensación de ardor es un claro indicador de que debe interrumpir las actividades de ejercicio de inmediato y buscar el consejo de su médico.

Si el aumento de la actividad empeora el dolor en lugar de disminuir, es posible que sufra de paratendonosis de Aquiles, que es la inflamación de la grasa que cubre el tendón de Aquiles, en lugar de la inflamación del tendón de Aquiles.

Tratamiento de la tendinitis de Aquiles

Las lesiones del tendón de Aquiles tardan en sanar, y la recuperación puede demorar entre dos y tres meses.

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Además de disminuir o detener las actividades que le causan dolor y correr o caminar sobre superficies más blandas, su médico puede sugerir una serie de tratamientos. Lo más simple es que hiele el área durante al menos diez minutos y no más de veinte minutos todos los días. La formación de hielo durante más de veinte minutos lo pone en riesgo de congelación y daña los músculos circundantes, y la formación de hielo durante menos tiempo solo enfría la piel y no el tendón. Además, no hiele el área antes de correr, ya que sus músculos correrán el riesgo de romperse cuando se enfríen.

Su médico también puede sugerir ejercicios de pantorrillas para ayudar a estirar el tendón y fortalecer los músculos circundantes. Estos pueden incluir el estiramiento de la pantorrilla (estiramiento de la pared), caída bilateral del talón y caída de talón en una sola pierna.

Para ayudar con la inflamación y el dolor, puede comprar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos sin receta o su médico puede recetarlos. Su médico también puede optar por administrar inyecciones de cortisona en casos graves, aunque esto puede causar daños en el tendón.

Se argumenta que un tratamiento que utiliza ondas sonoras de dosis bajas, terapia de ondas de choque extracorpóreas (ESWT) ayuda a aumentar el flujo sanguíneo al área para promover la curación. Con desarrollos tecnológicos modernos, el procedimiento puede llevar menos de diez minutos en el consultorio de un médico. La Administración de Alimentos y Fármacos tiene claro cómo se puede usar ESWT para el dolor en el talón: un paciente debe haber experimentado dolor en el talón durante al menos seis meses y haber intentado al menos otros tres tipos de tratamientos sin alivio.

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Finalmente, la cirugía es una opción de último recurso. La cirugía para tratar la tendinitis de Aquiles puede significar varios tratamientos diferentes:

  • Recesión gastrocnemio: alarga el músculo de la pantorrilla para reducir el estrés en el tendón de Aquiles.
  • Desbridamiento y reparación: esto elimina las partes del tendón de Aquiles que están dañadas y repara el tendón restante; esto también puede incluir la eliminación de espolones o crecimientos óseos.
  • Desbridamiento con transferencia de tendón: se usa en casos donde más del 50% del tendón no está sano y no puede funcionar solo. El extensor hallucis longus, que ayuda al punto del pie grande y se mueve hacia abajo, se retira para reemplazar el tendón de Aquiles.

Los pacientes que deben someterse a cirugía pueden esperar un período de recuperación de hasta doce a dieciséis meses y, en algunos casos, pueden ser incapaces de volver a correr u otros deportes.

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