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La diverticulitis es una condición que ocurre cuando los sacos abultados que aparecen en el revestimiento del intestino grueso se infectan de forma aguda. Puede aparecer en cualquier parte del intestino grueso, sin embargo, la forma más común ocurre cerca del final del intestino grueso en el lado izquierdo.
Esta condición es mucho más frecuente en las naciones occidentales donde la ingesta de fibra dietética es considerablemente menor que en los países en desarrollo (especialmente en África o el sur de Asia). Por ejemplo, según Harvard Health Publications, 5 de cada 10 estadounidenses mayores de 60 años desarrollarán esta afección, mientras que 7 de cada 10 probablemente la tengan a los 80 años.
Como consecuencia de este problema pueden aparecer complicaciones graves que pueden conducir al desarrollo de un desgarro o perforación de la pared intestinal. Además, los casos graves pueden requerir hospitalización.
Esta enfermedad se puede diagnosticar con una sigmoidoscopia con bario, radiografías, una tomografía computarizada o una colonoscopia. Además, los niveles de enzimas hepáticas y lipasa (una enzima que cataliza la hidrólisis de las grasas) pueden ayudar a excluir otras causas de dolor abdominal.
Síntomas
Muchos pacientes con esta afección no tienen síntomas , pero cuando estos ocurren, pueden incluir:
- estreñimiento, seguido de episodios de diarrea;
- dolor abdominal severo, particularmente en el lado izquierdo;
- un cambio en los hábitos intestinales;
- flatulencia severa;
- escalofríos y fiebre;
- dolor al orinar;
- sangrado rectal que comúnmente es de color rojo brillante.
Causas
- una dieta baja en fibra que hace que las heces sean más duras y, en última instancia, puede provocar estreñimiento. Los síntomas del estreñimiento incluyen: heces que parecen duras y secas, sensación de incapacidad para vaciar completamente los intestinos, hinchazón, flatulencia, calambres o malestar estomacal y pérdida de apetito.
- obesidad, especialmente si tiene un sobrepeso importante (índice de masa corporal de 30 o más).
- uso de medicamentos recetados como: esteroides, opiáceos y antiinflamatorios no esteroideos.
- la nicotina y el tabaco de fumar producen estragos en el sistema digestivo. Por ejemplo, se cree que las dificultades intestinales como gases, náuseas y estreñimiento son síntomas de abstinencia de la nicotina.
- la genética también puede jugar un papel pequeño.
Entonces, ¿es seguro beber alcohol cuando se sufre de diverticulitis?
Respuesta corta: NO. El alcohol puede aumentar la frecuencia de los brotes y puede desencadenar síntomas.
Además, el abuso de alcohol puede alterar el delicado equilibrio del ambiente intestinal. Incluso una sola sesión de consumo excesivo de alcohol puede producir efectos adversos en el tracto digestivo. Una vez que ingresa rápidamente a su torrente sanguíneo, el alcohol tiene efectos negativos en casi todos los sistemas y órganos de su cuerpo físico. Además, puede causar tanto estreñimiento como diarrea.
Alimentos ricos en fibra
Una dieta rica en fibra minimiza la duración y la recurrencia de los síntomas. Más importante aún, la fibra dietética suaviza y agrega volumen a las heces, ayudándolas a pasar más fácilmente por el intestino grueso. Además, la fibra ayuda a perder peso al mantenernos llenos por más tiempo, ralentizar la digestión y ayudar a la liberación de insulina y glucosa.
Hay 2 tipos de fibra:
- Fibra insoluble: aumenta el volumen de las heces, actúa como un cepillo, mantiene las cosas en movimiento y recorre el colon para sacarlo todo.
- Fibra soluble: te ayuda a sentirte lleno por más tiempo y ralentiza la digestión.
Según un estudio observacional de 2011 realizado por la Unidad de Epidemiología del Cáncer de la Universidad de Oxford, Reino Unido, las personas que consumían un mínimo de 25 gramos de fibra dietética al día tenían un riesgo 41 % menor de ser hospitalizados por esta afección en comparación con las personas que consumían menos. de 14 gramos de fibra por día.
Aquí hay una lista de alimentos ricos en fibra:
- Legumbres: frijoles negros, lentejas, frijoles rojos, guisantes partidos, habas, garbanzos, soja.
- Verduras: acelgas, coliflor, coles de Bruselas, apio, ñame, batatas, zanahorias crudas, melones, lechuga, espinacas, brócoli, calabacín.
- Frutas: ciruelas pasas, melocotones, plátanos, higos, mangos, peras, piñas, manzanas y mandarinas.
- Nueces: almendras y pecanas.
- Semillas: semillas de chía, semillas de lino, semillas de sésamo, semillas de sandía y semillas de girasol. Si bien históricamente los especialistas en atención médica han recomendado evitar las semillas y las nueces, no se ha encontrado una fuerte asociación entre la ingesta de estas semillas y nueces y esta enfermedad, por lo tanto, ya no se recomienda evitarlas.
- Granos: salvado de avena, harina de avena, mijo, arroz integral, quinua, amaranto y cebada.
Esta dieta basada en plantas no tratará esta enfermedad por completo, pero ayuda a prevenir los brotes de síntomas.
Una lista de alimentos para evitar comer con diverticulitis:
- jugos de frutas sin pulpa;
- alimentos con grasas trans, que incluyen todo lo frito o rebozado y la mayoría de los alimentos procesados;
- alimentos ricos en grasas saturadas, como carnes, productos lácteos y huevos.
- aceites vegetales y de semillas.
Consejos
El ejercicio regular moderado puede ayudar a los músculos de su colon a mantener su tono, fomentando así los movimientos intestinales regulares. Más importante aún, el ejercicio físico puede ser la clave para construir una comunidad microbiana sana y diversa.
Elimine por completo cualquier fuente de cafeína, como bebidas deportivas, café, té con cafeína o chocolate porque intensifica los síntomas de afecciones intestinales como: trastorno del intestino irritable, gastritis, enfermedad de Crohn y colitis.
Consuma muchos líquidos que ayuden a que la fibra dietética fluya de manera correcta y fácil a través de su tracto digestivo.
Ingerir solo batidos a base de plantas durante 2 días y luego comer alimentos.
Elevar ligeramente los pies sobre un taburete reducirá el esfuerzo.
El paracetamol se puede utilizar para aliviar el dolor. En casos severos o si la dieta no brinda resultados lo suficientemente rápido, esta condición se trata con antibióticos.
